Amor




Amor, s. Término impreciso y difuso que igual sirve para un roto que para un descosido. Tan pronto se aplica a los que te simpatizan como a los que aburren cuando no incluso a los que aborreces. Con aquellos seres a los que quieres de verdad no debería ser necesario siquiera pronunciar la palabra, pero no hacerlo suele ser tomado como señal de que ha desaparecido el suelo bajo tus pies. De ahí que la mayoría de los mortales invoquen el término una y otra vez, por aquello de que hay que demostrar sinceridad de sentimientos, al estilo de la pureza de sangre que los conversos se veían obligados a probar aunque fuera mentira. La repetición caprichosa y sine die del término acaba invocando carencia más que abundancia. No sé si es en el libro sagrado llamado Eclesiastés donde se reproduce una cita célebre sobre el amor: vaguedad de vaguedades, todo vaguedad.


2 comentarios:

  1. Si Dios es amor debemos sobreentender: impreciso, difuso, falso; invocatorio, porque tiene que demostrar sinceridad de sentimientos al estilo de los conversos; caprichoso, reiterando carencias más que abundancia; vastedad de vaguedades??? ¿No será que hemos corrompido la Palabra con nuestros atributos e implicaciones?

    En Eclesiastés: “Lo que fue, eso será. Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no hay nuevo bajo el sol”. ”Vanidad de vanidades, todo es vanidad”.

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